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CAMPAÑA

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En la Campaña del Grupcom, tendrás la posibilidad de participar en una serie de misiones recreadas históricamente. En ellas podrás demostrar tu pericia con el submarino ayudando a ganar la guerra, estrangulando el comercio mercante aliado en el Atlántico.

Acude al foro para preguntar cualquier duda que tengas sobre la Campaña y la posibilidad de participar en ella.

 

 

TÁCTICAS de los SUBMARINOS

Principios de operación de la lucha submarina redactados por el comandante Otto Kretschmer quien, en los primeros años de la guerra, se destacó como uno de los más brillantes ases de la fuerza de sumergibles alemana.

1 - En toda operación de submarinos es de importancia primaria contar con vigías competentes. Cuando se opera en alta mar el primer requisito del éxito es tener a a bordo la mejor organización posible. Un eslabón flojo en el sistema puede significar la destrucción del buque y al muerte de la tripulación.

2 - No basta que los vigías avisten todos los objetivos que aparecen en la superficie; también deben avistar con la debida antelación todos los objetivos que aparecen en el cielo. La aviación desempeña un papel cada vez más importante en la organización de los convoyes enemigos. Los aviones son un peligro mortal para un submarino en superficie. Nosotros confiamos en que los vigías nos adviertan de su aproximación con tiempo suficiente para bajar a más de sesenta pies con el fin de no ser vistos y bombardeados.

3 - Los buques sueltos que no enarbolen pabellón neutral ni distintivo de la cruz Roja y que por lo contrario parezcan beligerantes, deben ser cañoneados y hundidos de ser posible, con el fin de reservar los torpedos para los más difíciles blancos escoltados.

4 - Hay que ayudar a los sobrevivientes, siempre y cuando se disponga de tiempo y si al hacerlo el submarino no se expondrá a peligros indebidos. La tripulación debe saber que en caso de que el U-99 (Submarino de Kretschmer) se hunda y haya tiempo de abandonar la nave, podrá esperar que el enemigo lo rescate. Que es justamente lo que el enemigo tiene derecho a esperar de nosotros.

5 - Se atacarán los convoyes de día solamente cuando no convenga aguardar hasta la noche. El ataque diurno de un convoy escoltado presupone la necesidad de correr un riesgo calculado y sólo se lo debe efectuar previo un cuidadoso estudio de todos los factores involucrados.

6 - En circunstancias normales el U-99 dedicará las horas de luz diurna para estar en posición de ataque favorable al caer la noche. Por posición de ataque favorable se entiende el lado oscuro de un convoy cuando hay luna, de manera que el convoy quede bien recortado a su luz en tanto que nuestra propia silueta, presentada de proa, resulte casi imposible de detectar.

7 - Con poca luna o en noches oscuras el U-99 atacará siempre por el lado de barlovento del convoy. Cara al viento y a veces a la lluvia y a la espuma, los vigías enemigos son menos eficientes que de espaldas al viento.

8 - El U-99 se guiará por mi principio de que los abanicos de torpedos lanzados desde gran distancia no tienen ninguna garantía de éxito y forzosamente resultan un desperdicio. En primera instancia no hay ninguna necesidad de disparar más que un torpedo por buque.

9 - El principio arriba expuesto obliga a disparar a quemarropa, lo que sólo es posible irrumpiendo a través de la pantalla antisubmarina de la escolta y a veces incluso dentro de las columnas del convoy. Tal ha de ser el objetivo de todos nuestro ataques.

Fuente: Enciclopedia de la Segunda Guerra Mundial Tomo 3 Editorial Codex.

 

 

EL HUNDIMIENTO DEL "NELSON"

El submarino U-23 se deslizó por las oscuras aguas. Navegaba por la superficie y su comandante, en la torre, vigilaba las sombras de la noche.

De pronto, a lo lejos, una silueta puso en alarma al submarino alemán. Un barco, indudablemente. Volvió a enfocar sus binoculares una y otra vez. La silueta cobró forma más definida. El comandante ya no dudó. Se encontraban en presencia de un barco enemigo. El paso siguiente era uno solo. La nave estaba detenida o navegaba muy lentamente. Además, lo hacia a oscuras. Esto sólo significaba una cosa: barco, armado, de guerra o crucero auxiliar. La conclusión era muy simple: atacarlo enseguida.

La torre se cerró bruscamente. Las ordenes corrieron por el U-23. El sumergible desapareció de la superficie. Instantes más tarde, la estela de dos torpedos indicaban que los proyectiles de dirigían hacia el blanco. Pasaron sesenta segundos escasos. De pronto, una atronadora explosión de los torpedos ilumino la noche. El comandante del U-23, aferrado al periscopio, horadó la noche con su mirada, tratando de verificar lo ocurrido. La oscuridad más absoluta siguió al resplandor de las explosiones. Rápidamente el submarino emergió. La torre se abrió y dos hombres se precipitaron afuera. Eran el comandante y el segundo del U-23. Este último disipó las dudas con una frase: "No era un barco. Era una roca".

En el interior del sumergible, minutos más tarde, los hombres, habiendo cedido la tensión, comentaron en tono risueño el incidente. Y el comandante, siguiendo la broma ordenó radiar el siguiente mensaje: "Roca torpedeada, pero no hundida".

Días más tarde, al regresar de su crucero a la base de Kiel, el comandante del U-23 se sorprendió ante el extraordinario recibimiento de que fue objeto. Inquirió perseguida los motivos y fue el mismo Doenitz el que disipó sus dudas. En efecto, ante la pregunta del almirante, acerca del hundimiento del "Nelson", el comandante respondió que jamás lo había visto. Doenitz, asombrado, pidió inmediatamente la carpeta donde se consignaron los mensajes del U-23 y extendió ante el sorprendente comandante una hoja de papel donde se leía: "Nelson Torpedeado, pero no hundido".

Instantes más tarde aclaro el incidente, ambos hombres rieron de buena gana. La explicación del error estaba en una simple sustitución de letras al recibir el mensaje. En efecto, roca, en alemán, se dice FELSON; en la recepción del mensaje se había confundido la palabra con NELSON. Después, todo había seguido su curso y los alemanes habían dado al "Nelson" por torpedeado...

Fuente: Enciclopedia de la Segunda Guerra Mundial Tomo 3 Editorial Codex.